







Él borró mi pasado
La arena representa nuestra vida, llena de errores y huellas que creemos imborrables. El mar es Cristo, que viene y suavemente borra lo que nos pesa, transformando nuestra historia.
Como dice 2 Corintios 5:17, en Él lo viejo ha pasado, y todo se hace nuevo. Dios no mira nuestro pasado; lo borra y nos abre caminos de bien y esperanza.
No importa lo que hemos sido: en Cristo siempre podemos comenzar de nuevo.