



Profundo
“Un abismo llama a otro abismo al estruendo de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.” — Salmos 42:7
El salmista describe la sensación de ser arrastrado por las aguas turbulentas de la vida, abrumado por la angustia y las adversidades.
Pero en esa misma profundidad nace un clamor: el deseo de ser encontrado por Dios.
Él es el Dios de lo profundo, el Dios de amor que habita incluso en medio de las aguas más intensas.